TOMADO DEL MODULO III DEL MANUAL DE FORMACION EN PROTECCION CIVIL DE LA SEGOB PARA EL PROGRAMA DE CAPACITACION REGIONAL
Parte I
3.1 PLANIFICACIÓN PARA CASOS DE EMERGENCIA
Antecedentes.
Desde hace mucho tiempo, las grandes
ciudades del mundo han establecido
mecanismos descentralizados para el manejo de emergencias especificas; los
accidentes aéreos o la interrupción de servicios han sido con frecuencia
atendidos por grupos especializados como bomberos, policía, cruz roja. Sin
embargo, las crisis de mayor magnitud, como terremotos, inundaciones, etc., han
mostrado la necesidad de un organismo de coordinación y administración
centralizado, bien preparado, que se basa en procedimientos pre – establecidos
y no en un organismo improvisado en el momento. Tal es el caso de las unidades
de protección civil ya sean municipales, estatales o internas de los sectores público,
privado y financiero; cuya función resulta de vital importancia para la
coordinación y aplicación de esfuerzos que contribuyan a la resolución de
situaciones de emergencia, evitado así desperdicio de recursos humanos y
materiales.
El principio más importante para un
eficiente manejo de situaciones críticas es que todas las estructuras,
procedimientos e instalaciones estén preparados y adecuados antes de que se
presente la situación de emergencia, ya que el no aplicar las medidas
preventivas adecuadas con anticipación puede provocar mayor confusión que
impida una adecuada coordinación. Por otra parte, es necesario considerar que
al enfrentar un estado de emergencia se deben aplicar las medidas pertinentes
previamente establecidas y efectuar cabios solo en casos excepcionales, ya que
una organización puede desintegrarse rápidamente si se cambian las reglas a la
mitad de un trabajo de esta índole.
Por tal razón resulta indispensable
desarrollar e integrar las funciones de subprograma de prevención en donde sus
miembros sepan quién informa a quien, sobre que, de qué manera actuar y en qué
momento. Además cada acción que lo integre debe someterse a práctica, análisis
y evaluación ya que, ninguna preparación para el manejo de situaciones de
emergencia puede ser eficaz sin ejercicios frecuentes de entrenamiento.
Por lo tanto, la información
que a continuación se presenta, brinda
los elementos necesarios para que quienes están encargados de la coordinación y
organización de acciones durante una emergencia, tomen en consideración el tipo
de comunidad, sus recursos, requerimientos y necesidades que le permitan
optimizar las acciones de respuesta.
Planificación para casos de emergencia.
La planeación es el marco de
referencia del quehacer público, es el mecanismo que permite una estimación
racional de los recursos y es el medio para alcanzar los objetivos y responder
a las demandas sociales. Esta actividad, al traducirse en planes específicos, constituye
una guía invaluable para la acción.
Las tareas de protección civil como cualesquiera
atrás, requieren de una adecuada planeación para armonizar sus tareas con los objetivos
establecidos en los distintos programas, y en particular hacia aquellos que se
desprenden de las actividades de prevención.
Lo anterior quiere decir que solo
contando con los planes específicos para atención de desastres para cada tipo
de agente perturbador, se podrán reducir las pérdidas de vidas humanas y los
daños esperados a los bienes y a la naturaleza, propósito de la protección
civil.
Entre los primeros pasos que se
deben dar dentro del proceso de planificación están el reunir la información y
evaluar la situación presente. Esto se pee lograr a través de la organización
de las acciones, personal, servicios
recursos disponibles para la atención de un posible desastre, con base
en la evaluación de riesgos, disponibilidad de recursos materiales y humanos,
preparación de la comunidad, capacidad de respuesta local e internacional, etc.
Es conveniente recordar que desde el
principio se identifique a los participantes potenciales en una respuesta a
emergencias para que sus recursos sean incluidos dentro de la planificación.
Al mismo tiempo. Se debe revisar el
plan ya elaborado para saber que tan adecuado es y cómo puede contribuir a una
respuesta coordinada, examinar las interrelacione, las responsabilidades y las
comunicaciones.
En este nivel del proceso deben
definirse los posibles incidentes y tomar en cuenta su probabilidad y consecuencias con el fin de
establecer prioridades para la planificación. En otras palabas significa que se
debe identificar y analizar aquellos agentes o fenómenos que representan una amenaza
para la población, sus bienes y medio ambiente pudiendo provocar un desastre.
Dicho fenómeno puede ser de origen natural o humano.
Detección de riesgos.
Se deben ubicar las zonas susceptibles
de impacto y número de personas bajo riesgo para plantear el nivel de respuesta
que, en caso de emergencia, se necesitara. Al identificar los posibles riesgos
será importante elaborar un listado de todos ellos en base a la siguiente
clasificación que propone el sistema nacional de protección civil, para
descartar o confirmar su incidencia en la zona.
Determinación de sistemas afectados.
Consiste en determinar cual o cuales
de los riesgos identificados son los que representan mayor peligro para la
población, para ello es necesario conocer:
-
Características geográficas.
-
Las características de la zona e cuanto a organizaciones
de tipo social, cultural, económico, religioso, etc.
-
Las causas, las posibles consecuencias y las formas para
evitar o disminuir las amenazas, amplitud de la zona de impacto, impactos a
largo plazo, impactos en áreas ambientales sensibles, identificar la ocurrencia
de incidentes aislados o incidentes simultáneos, complicaciones causadas por
factores ambientales especiales, etc. Para esto es muy importante el
intercambio de experiencias la asesoría
con los técnicos de las diferentes instituciones que presentan servicio en
nuestra comunidad.
-
La historia de los hechos que han causado emergencias
anteriormente, la frecuencia con que se han presentado y las medidas que se han
tomado en esas ocasiones. No podemos perder de vista algunas situaciones que
podrían convertirse en amenaza y afectar en un futuro.
Análisis de afectabilidad.
La afectabilidad es la exposición de
las personas, sus obras y su medio, a los efectos de una amenaza. Es una
responsabilidad de todas las unidades de protección civil el evaluar la
afectabilidad que los diferentes inmuebles tienen ante la posible ocurrencia de
amenazas naturales. Tiene la finalidad de obtener estimaciones sobre los
niveles de riesgo existentes. Una vez elaborado este análisis, con la
información obtenida se podrá saber en qué grado se afectara una comunidad y/o
inmueble. Cabe mencionar que, en muchos e los casos, personas entrenadas
anticipadamente podrían realizar una evaluación preliminar del nivel de riesgo.
Para determinar la afectabilidad es necesario evaluar los siguientes aspectos:
Riesgos estructurales y no estructurales.
-
Cuáles son los objetos expuestos a la amenaza.
Significa que hay que identificar
las viviendas, edificios, tierras de cultivo, caminos, puentes, transporte,
acueductos redes de energía eléctrica, etc., que se encuentran en las áreas de
mayor peligro. Además se deben ubicar y conocer las vías de acceso de la
comunidad y rutas alternativas.
Por otra parte se debe conocer la
ubicación de la población expuesta a algún peligro, que personas tienen
limitación para desplazarse o requieren de tratamiento médico especializado.
Riesgos Estructurales
En relación a este apartado se
pueden considerar dos preguntas básicas para cada elemento no estructural:
I)
¿Podría algo causarla daño a dicho elemento en caso de un
sismo o huracán?
II)
¿Podría la interrupción de su funcionamiento ser un
problema serio?
Esto dará la orientación para
elaborar una lista preliminar de elementos para una consideración más
detallada.
Para poder identificar los elementos
bajo riesgo, primero se debe identificar el tipo de construcción predominante,
segundo, analizar la resistencia y la estabilidad de los elementos y uniones de
la construcción y; tercero, evaluar la vulnerabilidad de equipos e
instalaciones.
Para poder llevar a cabo acciones de
prevención se debe conocer:
-
Los tipos de inmuebles existentes en la zona.
-
Para que fueron construidos originalmente.
-
Que usos se le han dado desde que fueron construidos.
-
De qué manera ha respondido el inmueble ante siniestros
pasados.
-
A que restructuraciones o remodelaciones se han sometido
a los inmuebles.
Para esto se deben consultar los planos,
si existen, de los inmuebles y solicitar asesoría en caso que se requiera.
Características.
Además de lo ya mencionado, se debe
conocer cuáles son las características internas de construcción de los
inmuebles de tal forma que permita ubicar cuales son las áreas de mayor
resistencia y/o debilidad.
Usos.
También es importante registrar,
preferentemente, sobre los mismos planos de los inmuebles, cual es el uso que
en el momento de efectuar la revisión se le está dando a los mismos.
Áreas de conflicto.
Al tomar en cuenta el uso que tiene
el inmueble, se debe evaluar y anotar aquellas zonas que pueden llegar a ser
conflictivas debido a que obstaculizan el libre paso de las personas en caso de
una evacuación.
Áreas de Riesgo.
Se refiere a aquellas zonas que por
el tipo de actividad que se desempeña, pueden
representar un riesgo para sus ocupantes o incluso para las áreas
externas circundantes.
Riesgos no Estructurales.
Se refiere a la evaluación del
peligro que pueden llegar a representar aquellos elementos u objetos que o forman
parte de la construcción inicial del inmueble, como pueden ser muros
divisorios, cancelería, estantes, lámparas, ventanas, puertas, escaleras, entre
otros.
A causa de terremotos los daños en
componentes no estructurales pueden ser severos, aun cuando la estructura de la edificación permanezca
intacta. Entre más vulnerables sean los elementos no estructurales a los sismos
y los huracanes, mayor será el riesgo para los ocupantes y mayores serán las
perdidas esperadas. La experiencia ha demostrado que los efectos de segundo
orden causados por daños no estructurales pueden agravar significativamente la
situación. Por ejemplo, cielos rasos y acabados de paredes que caen sobre
corredores o escaleras que pueden interrumpir el tráfico. Hay también muchos
problemas asociados con huracanes, tales como la destrucción de techos y
ventanas con daño consecuente en equipos, muebles y otros elementos por el viento
y el agua.
Infraestructura.
Se refiere el impacto de las amenazas
naturales sobre los recursos físicos externos, como pueden ser las
telecomunicaciones, suministro de agua, suministro de energía, alcantarillado, suministro
de gas y combustibles.
Dentro de las acciones que se pueden
aplica para aminorar las consecuencias se pueden mencionar dos:
I)
Aquellas que son fáciles de implementar en el corto
plazo, como dotar de contraventanas y arrastramientos a las puestas, instalar
pernos adicionales a las tejas de los techos, fijar platas externas, reubicar
sistemas e almacenamiento en edificios,
en caso de que el lugar en donde se encentran sea vulnerable. Estos trabajos
pueden realizarse por el personal de mantenimiento o por pequeños contratistas.
II)
Aquellos que requieren asesoría de especialistas, de
capital significación, como modificaciones costosas o construcciones nuevas por
implementar a mediano y largo plazo.
Población-
Con respecto a las personas, se debe
conocer la cantidad de ellas, sus edades y características, ya que pueden existir
casos de personas que ante una emergencia real actúen de manera desordenada o
bien personas que tengan impedimentos físicos que les dificulten salir de un inmueble.
El contemplar estos aspectos sobre la población ayudara a definir las acciones
de auxilio y prevención dentro del proceso de planificación.
Por otra parte, cabe mencionar que
un análisis de afectividad podría comenzar con una inspección visual de las instalaciones y con la preparación de un reporte preliminar
de evaluación. Posteriormente, el reporte puede ser discutido con los
consultores y autoridades para definir prioridades y los cronogramas para
llevar a cabo el trabajo. Después de hacerse diseñado el programa deben ser revisadas
y analizadas otras áreas para ser intervenidas.
Cuál es la capacidad que se tiene para enfrentar, reducir o eliminar una
situación de emergencia.
En este sentido es conveniente contar
con un inventario de los recursos humanos y materiales, su estado, ubicación y
disponibilidad.
continuara...
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